Comienza el primer arco argumental de los nuevos Thunderbolts, lamentablemente con otro número bastante lento y que no nos dice nada que no se haya ya tratado en el episodio anterior, esta vez el General Ross ha puesto su mirada en una pequeña isla nación dominada por , o sorpresa , un dictador loco, como lugar ideal para dar a conocer al mundo a su nuevo equipo de vigilantes globales.
Al fin podemos ver a los miembros del equipo interactuando entre si, y Daniel Way no decepciona al mostrarnos el choque entre personalidades tan dispares , aunque la verdad tampoco impresiona o hace algo extraordinario ,siendo un número que se preocupa mas por dar un contexto, no sucede mucho y la historia no avanza tan rápido como a uno le gustaría, considerando el hecho de que la idea del grupo de antiheroes actuando fuera de la ley y haciendo justicia por su propia mano ignorando cualquier repercusión política y las leyes internacionales se ha vuelto uno de los clichés mas recientes del comic de superheroes, mucho del atractivo de esta serie se basa en los miembros del equipo, los cuales lamentablemente tampoco hacen o dicen mucho, el dibujante Steve Dillon sigue dándonos un buen dibujo con un sentimiento muy retro, de muy poco dinamismo pero que cumple su cometido.
Nuevamente otro numero que no es indispensable pero que te entretendrá si decides darle una oportunidad , además la inclusión del nuevo miembro del equipo (¿en donde habrá quedado Mercy?) es un gancho lo suficientemente bueno como para darle otra oportunidad al menos hasta el próximo mes.
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